Pidamos al Señor que nos envíe su Espíritu y nos regale el don de la Caridad.
"El fruto del Espíritu es: CARIDAD, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí; contra tales cosas no hay ley." (Gal 5, 22s)
Preparémonos para finalizar el tiempo pascual con la Celebración de Pentecostés y recibir el Espíritu Santo.
"El Espíritu de verdad y de caridad nos recuerda todo aquello que Cristo ha dicho, nos hace entrar cada vez más plenamente en el sentido de sus palabras. Esto requiere de nosotros una respuesta: cuanto más generosa sea nuestra respuesta, más las palabras de Jesús se vuelven vida, actitudes, elecciones, gestos, testimonio, en nosotros. En esencia, el Espíritu nos recuerda el mandamiento del amor, y nos llama a vivirlo (...)
Y el Espíritu nos hace hablar con los hombres en el diálogo fraterno. Nos ayuda a hablar con los demás reconociendo en ellos a los hermanos y hermanas; a hablar con amistad, con ternura, comprendiendo las angustias y las esperanzas, las tristezas y las alegrías de los demás." (S.S. Francisco, Pentecostés 2014)
Himno a la Caridad
I Corintios, 13, 1-3
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Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles,
si no tengo caridad, soy como bronce que suena o címbalo que retiñe.
Aunque tuviera el don de profecía, y conociera todos los misterios y
toda la ciencia;
aunque tuviera plenitud de fe como para trasladar montañas,
si no tengo caridad, nada soy.
Aunque repartiera todos mis bienes, y entregara mi cuerpo a las
llamas,
si no tengo caridad, nada me aprovecha.
La caridad es paciente, es servicial;
la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa,
no se engríe; es decorosa; no busca su interés;
no se irrita; no toma en cuenta el mal;
no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad.
Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta.
La caridad no acaba nunca.
Desaparecerán las profecías. Cesarán las lenguas. Desaparecerá la
ciencia.
Porque parcial es nuestra ciencia y parcial nuestra profecía.
Cuando vendrá lo perfecto, desaparecerá lo parcial.
Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba
como niño.
Al hacerme hombre, dejé todas las cosas de niño.
Ahora vemos en un espejo, en enigma. Entonces veremos cara a cara.
Ahora conozco de un modo parcial, pero entonces conoceré como soy
conocido.
Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres.
Pero la mayor de todas ellas es la caridad.
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