lunes, 26 de octubre de 2015

54 Encuentro Nacional de la Red Cáritas

Cáritas del Callao participó del 54 Encuentro Nacional de la Red Cáritas en el Perú.

Red Cáritas

Con Mons. Richard Alarcón, presidente de Cáritas del Perú



El evento comenzó el domingo 4 de octubre con una Eucaristía de acción de gracias por los 60 años de Cáritas del Perú en la Catedral de Lima, y se clausuró con una exposición organizada por las diferentes Cáritas.



Todos los responsables de las Cáritas Diocesanas estuvimos 3 días de retiro (del 5 al 7 de octubre) en la Casa de Retiro "Hermasie Paget" de Lima.








Publicamos la Declaración Final del 54° Encuentro Nacional de la Red emitida por Cáritas del Perú: 

Lima, 4 a 7 de octubre de 2015 Cáritas del Perú:


Cáritas del Perú: 60 años transformando vidas para construir un país más justo, fraterno y solidario


Recientemente reunidos en la ciudad de Lima, en el marco del 54° Encuentro Nacional de la Red de Cáritas en el Perú y de la celebración por los 60 años de vida institucional, los asistentes representantes de las Cáritas diocesanas y de la Oficina Nacional queremos compartir las conclusiones y compromisos fruto de este Encuentro.


La Iglesia Católica, fiel al Evangelio de Jesucristo, coloca a la vida y a la persona humana en el centro de su mensaje, comparte "el gozo y la esperanza, la tristeza y la angustia de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de toda clase de afligidos", y los acompaña en su caminar buscando condiciones de vida mucho más humanas y dignas. La Red de Cáritas en el Perú, comprometida con la vida y los destinos de las comunidades más pobres de nuestro país "en virtud de su compromiso evangélico, se siente llamada a estar junto a esas multitudes pobres, a discernir la justicia de sus reclamaciones y a ayudar a hacerlas realidad sin perder de vista al bien de los grupos en función del bien común".


Vemos con preocupación que, a pesar del desarrollo económico alcanzado por nuestro país en los últimos años, se mantienen situaciones de inequidad y muchas regiones presentan indicadores de pobreza cercanos al 50%. Nuestra niñez sigue sufriendo el problema de la desnutrición crónica y anemia. Si bien hay una mejora en el sector educación la calidad educativa sigue siendo uno de los principales desafíos de nuestro país. Los problemas de nuestros compatriotas en relación a la vivienda, acceso al agua segura, sistemas de salud y trabajo digno continúan vigentes. No podemos dejar de mencionar el incremento de violencia familiar, inseguridad ciudadana, narcotráfico y corrupción, que día a día se generalizan más hasta convertirse en situaciones de aparente normalidad.


Este panorama general puede agravarse si tomamos en consideración la desaceleración económica internacional, producto de la situación en China y los Estados Unidos de América, la ocurrencia del Fenómeno El Niño y la incertidumbre que se podría generar en los actores socio económicos del país
por el proceso electoral que se avecina. El Papa Francisco en la Asamblea General de las Naciones Unidas, al referirse a los Objetivos de Desarrollo Sostenible indicó: "Para que estos hombres y mujeres concretos puedan escapar de la pobreza extrema, hay que permitirles ser dignos actores de su
propio destino. El desarrollo humano integral y el pleno ejercicio de la dignidad humana no pueden ser impuestos. Deben ser edificados y desplegados por cada uno, por cada familia, en comunión con los demás hombres y en una justa relación con todos los círculos en los que se desarrolla la socialidad
humana [...] Por todo esto, la medida y el indicador más simple y adecuado del cumplimiento de la nueva Agenda para el desarrollo será el acceso efectivo, práctico e inmediato, para todos, a los bienes materiales y espirituales indispensables: vivienda propia, trabajo digno y debidamente remunerado, alimentación adecuada y agua potable; libertad religiosa y, más en general, libertad de espíritu y educación. Al mismo tiempo, estos pilares del desarrollo humano integral tienen un fundamento común, que es el derecho a la vida y, más en general, el que podríamos llamar el derecho a la existencia de la misma naturaleza humana".



Nuestros programas y proyectos de desarrollo social y productivo, así como las acciones de ayuda humanitaria que ejecutamos a través de la Red de 48 Cáritas diocesanas presentes en todo el Perú, nacen de la fe en el Dios de la Vida, quien nos convoca desde su Iglesia a servir a todas las personas sin distinción alguna, y del "imperativo de escuchar el clamor de los pobres, que se hace carne en nosotros cuando se nos estremecen las entrañas ante el dolor ajeno". Por ello, el carácter profesional de nuestro trabajo se complementa con una acción desde un corazón fortalecido por nuestra Fe.


Asimismo nos sabemos llamados a entrar en la historia de nuestros pueblos, como semillas del Reino, para aportar a consolidar una renovada ética social (fundada sobre la verdad, la libertad, la justicia, la caridad y la paz), la promoción de la solidaridad y la subsidiariedad responsable, la participación plena y consiente de los ciudadanos, un renovado sistema democrático, un mayor cuidado del medio ambiente y el adecuado destino universal de los bienes.


Nos comprometemos a seguir impulsando procesos de desarrollo humano integral, orientados a generar condiciones de vida más dignas para las comunidades más pobres de nuestro país, y trabajar por ellas con un enfoque de derechos, que promueva su participación activa y fortalezca su condición
de ciudadanos. El diálogo y la concertación constituyen elementos fundamentales para la construcción de paz y de una sociedad más justa y reconciliada. La participación de la mujer, asumiendo liderazgos y presencia activa en los procesos de toma de decisiones, se hace cada vez más
importante y necesario. La defensa de los bienes de la creación y el medio ambiente constituyen una condición indispensable para alcanzar la sostenibilidad del desarrollo. Todas nuestras intervenciones deben estar acompañadas de procesos de formación en valores cristianos y prácticas éticas, para ir generando las bases para el auténtico desarrollo de las futuras generaciones.


Desde Cáritas hacemos un llamado a las instituciones, organizaciones públicas y privadas, y a todas las personas "de buena voluntad" de nuestro país a seguir fortaleciendo voluntades y compromisos sociales, éticos y políticos en favor de la vida y la familia, especialmente la de los sectores más pobres y excluidos.

Nos comprometemos a seguir promoviendo y construyendo renovados caminos de solidaridad y justicia social, donde los hombres y mujeres de nuestro país puedan reconocerse como hermanos, miembros de una misma familia humana e hijos de un mismo Padre.


Que Santa María, la Servidora Fiel, nos ayude a crecer en Misericordia al
servicio de los más necesitados.


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